jueves, 18 de octubre de 2007

La Amistad: Una magia

Hace unos días, después de mucho tiempo, me reencontré con unas amigas del colegio gracias a esta magia en la que se ha convertido el Internet y sus tantas, miles de páginas que tiene, una de ellas para destacar, el Hi5. Dimos clic, y una cosa nos llevó a la otra, es decir, al MSN de Hotmail.
Es cierto cuando decimos que las personas, las cosas están a un solo clic de distancia si utilizamos esta gran herramienta.

En el momento menos pensado y, como por arte de magia, aparecen uno, dos, tres y más personas, al igual como también desaparecen, pero es bien sabido, que lo verdaderamente bueno, aquello que vale, jamás se escapa de nuestras vidas, se van por un instantes, unos años, unos meses, pero siempre están allí, siempre vuelven y cuando uno menos lo espera.

La magia existe, está dentro de nuestras vidas, sólo tenemos que creer en nosotros mismos, en todo aquello que tenemos, en lo que vemos y en lo que no podemos ver. Nuestro destino está más que escrito, sólo que tiene unas cuantas líneas punteadas, vacías, para que nosotros escribamos algo más en el; porque Dios espera algo más de nosotros, ÉL sólo nos da ese pequeño empujón y nosotros decidimos el camino que vamos a tomar en nuestras vidas.

El encontrarte con alguien que hace tiempo no veías, es redescubrir el mundo que tenías descubierto hace tiempo, es comprender que todo es por y para algo, que la vida aún te depara más para ti y que tenemos mucho más por dar y descubrir.

La amistad es una de ellas. El tiempo nos sigue demostrando que aquello que realmente vale, es la amistad, la verdadera y original amistad que traspasa cualquier barrera y se mantiene sólida aunque pasen los años.

Ella se mantiene en pie a pesar de los errores y de los silencios nunca perpetuos, a veces se disfraza de soledad pero no es eterna, suele pasar desapercibida en ocasiones pero siempre está allí, te dice una verdad dura así no la quieres escuchar, pero también necesita un aliento para continuar. La amistad es algo encendido, vivo, no es de piedra, no es perfecta, vive dentro siempre, sólo que a veces se apaga por propia iniciativa o por fuerza extraña, llora sola y también te acompaña, pero nunca te deja, siempre ha de estar allí aunque a veces no lo parezca. Basta un clic.


Joy

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