jueves, 28 de junio de 2007

Computadora, computador...

Me siento frente a mi computador, yo le hablo, pero me pregunto, acaso él no? Metafóricamente, tácitamente, otros me hablan, pero él? Sí lo hace, pues tiene también un programador, una memoria, un cpu, un disco duro no?. Mi computador, mi computadora, dos sexos, una sola máquina. Vaya cajita de sorpresas verdad? Sea como sea, la Pc facilita mcuhas cosas, abre muchas puertas, tiene demasiadas ventanas y, al abrir una a una, nos damos con varias sorpresas, nos quedamos maravillados cada día más.

Está máquina sería lo mismo sin internet? Sé, sabemos que no. El internet es la llave que nos muestra otro mundo, mejor dicho el mismo mundo pero con otra perspectiva y nuevas ventajas. Une familias, amigos, parejas, reencuentra viejos rostros, encuentra nuevos, abre caminos, escribe destinos, no es esto uno de los grandes inventos que el hombre creó? Verdaderamente si.

Gracias a mi Pc y al internet, he descubierto y aprendido nuevas cosas, lo sigo haciendo, he reencontrado amitades, me une más con familiares y amigos, tengo nuevos conocidos y pues voy haciendo nuevos también. Agradecerle a Dios por ello, que puso tanta inteligencia en los seres humanos para crearlo. Que sigan los inventos, porque de Dios también está la huella.

Computadora o computador, los dos no en una sola versión, tan sólo uno sin ser dos, aunque los llamen de mil maneras, sea cual sea su versión; son aparatos unidos por una conexión, inhalámbrica o no, que hace unir corazones, crecer sentimientos, tener temas para hablar, ecsribir, leer, dibujar, crear, sólo deja volar la imaginación, la edad aquí no importa. Tu intelecto está allí, sólo púlelo, y sigue nadando por este mar que sigue una misión y ayuda de alguna manera u otra a completar la tuya.

Computadora o computador, no importa como lo o la llames, porque ya no son uno, ya no somos uno, somos todos unidos con convicción o no, en una globalización a medias. Pero aquí estamos, dejando huellas en cada uno de aquellos con quienes nos logremos conectar. Para ti, aquí estoy.

Joy


miércoles, 27 de junio de 2007

Mirando hojas atrás...

Hoy, después de varios meses, releí unas hojas no escritas por mi (unos e-mails escritos, cadenas, etc). Me invadió cierta melancolía, pero con la certeza que en esos dias, esas palabras, esos consejos, me fueron dados con verdadera simpatía. Sí, no me equivoco, espero no hacerlo, pero igual, de ello también se aprende.
Cuando las cosas tienen que cambiar, todo es por algo no? Cuando nos sucede ese algo, Dios sabe porque lo hace. Eso es algo muy cierto. Todo tiene su momento, todo tiene su comienzo, pero ahora me pregunto: todo tiene su final? es cierto que nada dura para siempre?
Desde mi perspectiva, creo que esas aseveraciones no lo son tanto así. Todo dura el tiempo que tiene que durar, pues la vida tiene sus momentos, está llena de ellos, pero... y qué son los recuerdos? qué son los escritos? por qué existen libros? por qué hay una historia? todo queda, todo deja una huella imborrable, mala o buena pero queda, algo queda, eso sí. Es cierto que las historias, los hechos mismos culminan, si, no lo niego, pero quedan bien grabados y es allí donde continúan vivos, a eso me refiero. La idea es voltear la pagina y dejar eso atrás, pero permanecen siempre. Piénsalo.
Bien, en esta oportunidad será corto mi hablar, más adelante, otro día, seguiremos dialogando.
Hasta esa otra oportunidad

Joy

sábado, 23 de junio de 2007

Todo está aquí...

No es necesario ponerme a pensar para saber que hasta hoy, lo mejor que me ha pasado es tener la familia que tengo, esa maravillosa oportunidad que Dios me ha dado de conocerlos, también lo son los amigos que tengo, pocos pero lo son; me encantaría decir lo mismo de mi media mitad, pero aún este no ha llegado y por ende, no es lo mejor que me ha pasado. Pasará? quizás sí, quizás no, pero ese día lo sabré, si ha de llegar, te lo comentaré.
La vida, Dios, me dió, me da y me dará siempre miles de oportunidades, me dará amigos, más familia, conocidos y me los quitará físicamente, tendré pequeñas pero grandes cosas, por todo, igual le diré siempre: Gracias Dios, gracias por ser conmigo como eres, gracias por estar aquí conmigo.
No lo dudo, tengo miedo de ciertas cosas pero por ello no soy débil. Valiente es aquel que dice tener, sentir miedo y por ello tampoco me creo. Aún y después de todo lo que nos pasó y nos seguirá pasando, a ti, a mí, a mi familia, amigos, conocidos y a todo el mundo, hay que seguir para adelante, al pie del cañón. La fortaleza del ser humano, no se mide por cuanto tiene, sino por quien es. El hombre no es más hombre por su fuerza, sino por sus batallas, aquellas batallas donde no hubieron vencidos ni vencedores, sino lealtades.
Por ello, si hay algo que decir, es Gracias Dios por el día a día, por permitirme ser quien soy, por tener lo que tengo y por lo que no.
Estés donde estés, vayas por donde vayas, recuerda que todos somos iguales, que somos seres humanos imperfectos, capaces, llenos de muchas cosas por dar, que no somos solos en este mundo, habemos varios, muchos más y que contamos con todos ellos.
Lo mejor que me ha pasado, siempre estará presente en todo lo que hago, lo que no fue bueno, en su sitio está, para aprender de ello, lo que me pasará, ha de llegar.

Joy


miércoles, 20 de junio de 2007

De repente esto o aquello...

Sueño o pesadilla. Algo pasó aquel día. Desperté o seguía soñando, quizás. Continuaba la pesadilla, tal vez. La cosa es que algo de ello pasó.
Me encontraba en alguna excursión con rostros no conocidos. Todo se semejaba a un paseo del colegio o de la universidad. La verdad que era una total confusión. Me hallaba se suponía entre conocidos, pero hasta hoy no los recuerdo.
Subimos al auto (no recuerdo el modelo ni el tamaño), avanzamos y, de pronto pasó. El carro dió varias vueltas, una, tres, cinco, quizás sólo fueron dos. Al salir del auto, todos estábamos bien. De los golpes, algunos rasguños y del susto el accidente no pasó.
Nos miramos unos a otros, todos con preocupación. Justo por ahí paso un auto tipo couster la cual paró y sus ocupantes nos socorrieron. Al preguntarnos hacia donde nos dirígiamos, me di cuenta que si bien no eran rostros conocidos, al menos éramos vecinos, ya que todos los que se accidentaron junto conmigo, vivían por mi dirección.
Ahora vuelvo al comienzo. Sueño, pesadilla o realidad. Me desperté o abrí los ojos y seguía acostada en mi cama, en la que siempre me acuesto y por ende me había acostado el lunes por la noche. Imagino que eso me pasó en la madrugada del martes. Sigo.
Abrí los ojos y sentía una pesadez, un gran dolor en la nuca, en el cerebro (producto del accidente?) eso es lo que me pregunto. Pensé que no podía moverme, los labios los sentía pegados, el miedo me tocó.
Después pude mover los labios. De pronto me dije, y mis piernas, las puedo mover? puesto que me sentía extraña. Gracias a Dios logré moverlas, pero apareció nuevamente el temor. Insisti nuevamente y mis piernas me volvieron a responder. El susto voló.
Decidí ponerme de costado, me persiné y dije: gracias Dios.
Me dormí, seguí soñando el tiempo transcurrió.
Hasta ahora me pregunto lo de ese día, si fue un sueño, una pesadilla, una premonición, un aviso. Eso lo decidirá el de arriba, si, Dios. En todo caso, sueño o no, seguiré viviendo hasta que quiera Dios.

Joy