sábado, 16 de enero de 2010

In memoriam de Papá Higinio

Cierro los ojos, te veo
los vuelvo a abrir y ya no estás,
te fuiste sin motivo para no sufrir,
nos dejaste tranquilos al parecer, sí.
Te fusite diciéndonos adiós,
un adiós tranquilo y con gran letargo,
nos miraste uno a uno,
esperando el auxilio del ser amado,
y Dios te llevó junto con él.
Tu misión ya la cumpliste y la seguirás cumpliendo,
porque allá los ángeles no descanzan,
siguen velando por su seres queridos porque ellos no han muerto.
Viviste y vivirás para siempre,
en nuestro corazón y en nuestra memoria
porque fuiste y eres,
aquel gran hombre que ahora está en la gloria.
Te quisimos demasiado para no dejarte ir,
nos dolió tu partida a cada instante, eso ni dudarlo,
no es extraño estar en algún momento tristes,
pero tranquilos porque estuviste y fuiste valiente.
Allá nos hemos de volver a encontrar papá,
aunque no sepamos cuando,
junto a muchos ángeles con los que ahora estás
velando por cada uno de nosotros.
Fuiste y eres nuestro ángel guardián,
y ahora más que nunca lo serás!
Te amamos papá, te extrañamos si!!!
pero ahora se alejó de ti el sufrimiento que padeciste,
el dolor ya dejó tu cuerpo y liberó tu alma,
el cual ahora descanza eternamente.
Gracias por haber estado y haber sido tú,
gracias papá por no habernos dejado,
gracias por darnos todo cuanto pudiste,
mucho más de lo que la vida te pudo haber dado.
Tu memoria estará inquebrantable en nuestra alma.

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