sábado, 1 de diciembre de 2007

Y llegó!

Y llegó el que tenía que llegar, llegó el mes de la navidad! Un mes para recordar, meditar, abrazar, regalar (abrazos, sonrisas, objetos, juguetes, unas palabras, etc.), dar lo mejor de sí, un mes muy especial para muchos, para casi todos, alegre y triste a la vez. Diciembre guarda esa cierta melancolía que nos invade, una nostalgia por aquello que fue, por aquellos que ya no tenemos a nuestro lado y por las cosas que pudieron ser pero que no lo fueron.

Un mes para ver todo con mayor claridad, un mes sentido, un mes que nos recuerda que el amor vale mucho más, que las personas a quienes amamos son las personas a quienes más necesitamos, que más vale perdonar que guardar un rencor que es absurdo. No vale la pena vivir sin perdonar, sin enmendarnos en el camino, sin levantarnos una y otra vez, así volvamos a caer. La meta es esa, seguir porque la dicha está en saber que somos hechos a las semejanza e imagen de nuestro Dios, por ende, capaces de vencer.

Dicembre que nos lleva a celebrar el nacimiento de un ser grande que nos redimió, que nos enseñó que perdonar es divino, que no vivimos solos y que no podemos ignorar al resto, no nos podemos ignorar. El odio no puede invadir nuestras almas y, en todo caso, sólo se odia lo querido no? Pero de igual manera, ese sentimiento sólo nos condena más y más y eso no es justo ni para uno mismo ni para los demás.

Como dice una canción:"Ya los pasado, pasado....!" y atrás quedó, es cierto que lo recordaremos cada vez que nuestra memoria nos lleve al pasado, a esos rincones que llamamos recuerdos, pero que ese viaje sea para aprender, para entender que somos humanos y que nos equivocamos, tenemos ese derecho pero nuestro deber es perdonar, puesto que no somos perfectos y siendo así, Dios nos perdonó.

Empezó el último mes del 2007, no falta nada para que empecemos un nuevo año. Que sigamos creciendo cada día y que disfrutemos plenamente de todo aquello que Dios nos da en el dia a día. A veces es difícil enteder algunas cosas que nos pasa en el camino, pero nos toca comprender que todo ello es por y para algo. No lo olvides, el de arriba siempre está contigo. Disfruta de tu vida, aprende a valorar lo que tienes, aprende a perdonar y enseña a amarte y a amar. La vida es una sola, vive, sueña, ama.

Joy

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